CAPÍTULO I: 8 CABALLOS.... O 96 HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS
¿Qué puedo decir de este capítulo? Sinceramente yo no sabía nada de Hitler, ni de lo que había hecho y ni siquiera tenía idea de los hornos, que es lo más importante de este libro. Al comenzar a leerlo me di cuenta que Europa fue un gran País en 1944; año donde Olga Senguer comienza a redactar lo que fue la guerra entre los alemanes y judíos. Esta guerra realmente me parece impresionante porque no es solo de dos personas, sino más bien de países contra países... Hitler era alemán y representante, como quien dice, de los alemanes; él se encargaba de dirigir a su ejército alemán, haciendo que estos mataran a todos aquellos hombres que no tuvieran el tamaño adecuado para pelear, ojos de color y un peso determinado; en cuanto a los niños con discapacidad, los hacia morir al nacer, esto me pareció discriminación, ¿cómo puede ser que maten a esos pobres inocentes? creo que todos somos seres humanos y merecemos vivir; otra cosa increíble era que las monjas eran llevadas al cautiverio, violadas por alemanes y después llevadas al campo de concentración para ser incineradas, de no ser así, los alemanes escribían como iban a morir en sus cuerpos; los niños situados dentro del orfanato eran llevados al cautiverio; la Gestapo que era ahí como aquí es la "seguridad" del país no te dejaba comprobar tu inocencia por nada y eran muertos al instante; en los periódicos no se podía publicar nada acerca de los muertos, prisioneros o desaparecidos. El hospital también cooperaba en matar a los alemanes arios (alemanes por descendencia), utilizaban la eutanasia, la cual consistía en inyectarles veneno; esto me pareció patético! ¿Cómo podía el hospital cooperar en muertes? se supone que están para salvar vidas, no para para quitarla... Imposible creer que tanta crueldad sea posible¡¡ Algo que hizo Hitler y es aún más vil, fue devolver el terreno que le pertenecía a él, a los húngaros, los cuales eran judíos; esto lo hizo con el fin de que a cambio ellos entregaran a los judíos; estos fueron asesinados; pero no suficiente con esto, Hitler dio la orden de quitarles sus pertenencias a los Hebreos, para esto llevaron tanto a hombres, mujeres y niños hebreos al rio Danubio, ahí eran desnudados y matados después. Que trágico es esto para mí, es tan horroroso saber que tanta gente murió en esa época, de una manera cruel y sin piedad, solo porque Hitler no estaba de acuerdo. No puedo creer que Hitler tiempo después gobernara Hungría en 1944, ya que había matado a casi a todos los henrios excepto a uno que después fue su aliado, el cual le hizo jurar a Hitler que ningún judío que pasara por ese lugar iba a permanecer vivo; y algo que me enfureció tanto fue un párrafo en el que Olga Senguer cuenta como un húngaro vende a 100 judíos a Eichmann, quien quería salvar la vida de los hebreos que continuaban vivos, me enojo porque pues parecía que ese lugar todos se vendían solo para quedar bien con los alemanes y de una u otra manera salvar sus vidas, lo cual dudaba mucho ya que si eran traicioneros se les pagaría con la misma moneda. Olga Senguer cuenta que ella, su esposo y sus hijos eran la familia más unida y rica por decirlo así de ese lugar, por tal motivo Osvath un amigo y doctor de su esposo, lo traiciona mandando a encerrar a este en la cárcel S.S, Osvath hace firmar unos papeles a Olga diciéndole que si firma su esposo saldrá libre, ella ama tanto a su esposo que los firma, y con eso logro quedarse en la miseria total; afortunadamente sus padres y padrino la ayudan y le dan hogar, pero después mandan a su esposo a Alemania, por ser este el mejor doctor. No imaginaba que fuese una trampa que Osvath y su esposa tramaran para ellos, para volver a encerrar al esposo en prisión y a Olga matarla y quitarle sus pertenencias, se dio cuenta a tiempo y alcanzo a su esposo junto con sus hijos, ella tenía miedo porque temía a morir y ver sufrir a sus hijos, ella y sus hijos subieron a un tren donde solo se situaban 8 caballos y 96 mujeres, hombres y niños....
CAPÍTULO II: LA LLEGADA
Olga llega a los campos de concentración junto con sus dos hijos; al bajar se topa con sus padres pero poco después los pierde, después empezaron a separar a los ancianos con los niños, eligieron a unas cuantas personas para mandar a matar y cremarlos en el campo de concentración, mientras que a la madre de Olga la pusieron junto con los ancianos y sus dos hijos de Olga; a Olga la mandaron con el resto de las mujeres, lo que Olga y el resto de las chicas no sabían, eran que iban a ser prisioneras y esclavas de los alemanes; ellos ahora se habían quedado con su equipaje y pertenencias. Al entrar a su camino encontraron a tipas desnudas siendo golpeadas y otras golpeando, pensaron que estaban locas pero no contaban con que pronto ellas también tendrían que desnudarse; al hacerlo les hicieron caminar hasta los baños y en el recorrido mataron a varias que querían agarrar sus pertenencias. Al llegar a su destino tenían que hacerles exámenes oral, rectal y vaginal para revisar si no tenían enfermedades o cosas así... qué asco dije yo!! A la ves cómo pueden hacer eso, no, que horror¡¡ y luego vino lo peor, raparlas; les cortaron todo absolutamente todo el cabello, y el cabello lo utilizaban para algún uso de prendas o así, pero bueno para mí , mi cabello es muy especial, si lo pierdo, no sé qué haría! Cuando llego el turno de cortarle todo el pelo a Olga, llego un judicial diciendo que a ella no le hicieran nada, Olga asustada devolvió a meter en la cola, pero el judicial volvió a aparecer muy enojado esta vez la empezó a golpear y la mando a que le dieran latigazos. Después de los latigazos, la regresaron con las demás donde a todas juntas las llevaron a cambiarse, pero sus prendas no eran de sus medidas y se veían todas ridículas. Después al asomarse por una ventana vieron el lugar de cremación donde seguramente están los ancianos y una que otra persona que murió en el camino de tan apretados que estaban.
CAPÍTULO III: LA BARRACA 26
Después de ese día fueron llevadas a su nuevo hogar: la barraca 26 iban a ser esclavas hambrientas, pensaba que las pondrían a trabajar, pero en realidad solo se quedan viviendo ahí que era un lugar donde había mucha madera las cuales formaban un establo donde se situaban caballos, pero también había gente encerrada ahí. La barraca por dentro estaba dividida en dos partes en cada una había jaulas de madera de más de tres metros en las cuales cabían no más de veinte personas. Olga cuenta que un mes después les cambian su vestimenta por mantas; y al momento de dormir en las jaulas tenían que turnarse o dormir en cuclillas una capitana de la barraca y solían pelearse muchas unas con otras. Tenían que lavar platos, limpiar, y sobre ir al baño solo las dejaban ir dos veces al día y si desobedecían eran matadas por gente del S.S. porque eran muchas y no cabían, eran entre mil cuatrocientos y mil quinientas mujeres, las cuales dentro dela jaula no podían mover ese porque era muy difícil y unas se inundaban cuando llovía porque no tenía prácticamente techo, estaba muy sucio y tenían que estar limpio o las lastimaban a látigos fuertes; pero ellas se las ingeniaron para inventar un trapeador con un vestido, para comer con solo veinte platos de menos de dos litros de contenido con el cual tenían que comer todas, eso me pareció así de wow de cuantas le tocarían a cada una!
CAPÍTULO IV: LAS PRIMERAS IMPRESIONES
Bueno pues por fin llegaron a las koias, en la mañana consumían café sin azúcar (sabe horrible) a veces té y nada más; por las tardes comían sopa pero sin cuchara; al atardecer comían pan. El comer todo esto era una mala alimentación por lo tanto se estaban enfermando de caries y cosas bucales. Y por si fuera ponían a cargar a las mujeres los botes con café o sopa caliente, estos eran muy grandes, pesados y calientes, algunas, de no aguantar se les caía y se quemaban muy feo. A los analfabetos les dejaban trabajar en la oficina, mientras que a los más débiles les rebajan el trabajo más pesado. Sin duda alguna algunas mujeres empezaron a pensar que la muerte sería una solución a tanto sufrimiento; Olga se impresiono al ver que de tanta sed que una de las mujeres tenia, bebía agua de un charco obviamente sucio, que asco! pero creo que es una gran solución a la sed, es parte del organismo beber agua. Esa noche pudieron oír los ruidos de la panadería misteriosa, llamada así porque no sabían si en verdad era una panadería o un lugar más donde mataban y cremaban a los muertos; se podían oír disparos de los de la S.S que disfrutaban matar, a personas dando órdenes y a los heridos y enfermos gritando por un poco de ayuda; dentro del campo de concentración, donde se situaban, les permitían enviar recados a sus familiares lejanos diciéndoles o más bien engañándolos de que estaban bien y no se preocuparan; algunas personas respondían, otras no, mientras que Olga se preguntaba porque tanta amabilidad de los alemanes? pronto se dio cuenta que lo hicieron para que cuando llegara la respuesta o al mandarlas apareciera la dirección y así pudieran localizar a las personas para poder matarlas... ya se me hacía raro!! Por las noches Olga cuenta que las internas y compañeras suyas peleaban algunas por travesuras y otras por maldad. Me sorprendió lo demás que decía que Olga se da cuenta que sus hijos, su madre y su padre pueden estar ya muertos, porque se encontró con Irka, una mujer que llevaba ya cuatro años en el campo de concentración; ella le dijo que la panadería era el crematorio, que ahí cremaban a ancianos y niños que fueron anteriormente llevados en el tren. Al día siguiente Olga se escapó y en su camino encontró a unos prisioneros que resultaron ser inspectores.. Les pregunto acerca de lo que quería saber y ellos se negaron por miedo a ser azotados si los descubrían, pero aceptaron decirle al doctor X lo que había pasado este le dijo que su esposo estaba a unos cuantos kilómetros de ahí, lo cual motivo a Olga para ir con él. En el camino de su búsqueda fue golpeada por alemanes tres veces hasta que por fin llego con su esposo, ambos se sorprendieron ya que estaban totalmente distintos a como solían ser. Cuando por fin hablaron Olga le conto sobre lo que le dijo Irka, en ese momento apareció su hijo menor: Thomas, ambos le dijeron que estando juntos nada pasaría; pero... llegaron los guardias alemanes y se los llevaron a todos por un camino distinto dándoles latigazos. Cuando regreso al campo de concentración con los guardias alemanes, se encontró con un amigo que hizo en el tren, el cual le dijo que había visto a su hijo cuando se lo llevaron a la "panadería" ella entristeció y se presionó y cómo no? si su hijo iba a ser cremado sin más ni menos.. Así que se fue con una de seguridad diciéndole que debía ir a la panadería por su hijo, ella dijo que mejor se preocupara por ella en vez de por su hijo que iba a morir tarde o temprano. Que cinismo el de aquella mujer al decirle eso a una madre, creo que las madres siempre estarán dispuestas a dar la vida por los hijos.
CAPÍTULO V: LA LLAMADA A LA LISTA Y SELECCIONES
En este capítulo hablan de los kapos, los cuales son oficiales a cargo de los kommandos, estos son grupos de trabajo; en estos se encontraba Olga. Ella junto con sus compañeras ahora se encontraba en los campos de concentración, donde les asignaron pijamas con números las cuales automáticamente quitaba sus nombres para asignarles de nombre nuevo el número. Sufrían mucho porque tenían sed y no había agua, había algunas veces en las que tenían que esperar a que lloviera para que tomaran agua de la lluvia, pero esto a la larga les produjo enfermedades y morían. Diario las formaban a pleno sol o lluvia dependiendo del clima, esto lo hacían con el fin de que los kapos eligieran quien moriría y quién no. Primero elegían a los enfermos, ya que según ellos eran débiles, al igual que también elegían a los viejos, por la misma razón; las personas judías o gitanas situadas en ese lugar a base de mentiras eran castigadas a estar de rodillas y con piedras en la cabeza o ladrillos en ambas manos; esto era más frecuente en las niñas judías o personas que se les permitía vivir siempre y cuando cumplieran con este castigo; en cuanto a las que no pasaran esto, eran llevadas a la cámara de gas. El objetivo de formar las filas y poner estos castigos de estar de rodillas, entre los ya mencionados, era que poco a poco la gente fuera muriendo y así quedaran menos personas. Algunos morían de frio, otros de calor, otros por los castigos horribles de ese lugar e incluso de sed, de estar hincados, en fin morían por varias circunstancias; había otros que con el simple hecho de estar ahí enfermos sin ser curados, morían; los jefes de ese lugar no solo eran los kapos sino eran nazis, alemanes, mujeres de la S.S, estos sorprende que eran guapas. Su trabajo de ellos era llevarse de veinte a cuarenta personas a la cámara de gas; en el camino a este lugar eran desnudados con el fin de pasar vergüenzas y ser humillados. Esto me sorprendió mucho porque creo que si ya estaban acostumbrados a verse desnudos, como podrían humillarse más.
CAPÍTULO VI: EL CAMPAMENTO
Aquí mencionan más que nada como es que estaba conformado el campo de concentración, que había, que no, entre otras; el campo estaba dividido en dos partes, de un lado era el área de alimentos y del otro lado era el área de administración. Mencionan también lo que es la discriminación, ya que, bueno a mí se me hace discriminación, porque los jefes tenían cuartos limpios, baños elegantes, joyas, entre otros lujos, esto gracias a las sirvientas que ponían de esclavas; en cuanto a las internas se ayudaban mutuamente dependiendo lo que sabían hacer o lo que aprendían hacer dentro de ese lugar. Conforme los jefes se iban dando cuenta lo que algunas podían realizar o sus ocupaciones, las iban eligiendo para trabajar; varias eran policías, las cuales tenían que ser vestidas de azul para identificarlas, otras eran elegidas para ser bomberas y a otras las elegían para ser recogedoras de cadáveres o basureras. Una amiga de Olga que su ocupación era el de basurera le dio a Olga un trapo viejo que encontró, esto ella lo decidió ocupar de cepillo dental ya que como no había agua en los baños, ni agua en ningún lugar cercano ahí, tenían que esperar a que lloviera para tomar agua, y pues muchas personas morían de enfermedades que esto causaba, al igual que morían de enfermedades bucales por no tener cepillo dental y como comían cosas ya echadas a perder o crudas, o frías, o así pues les causaba enfermedades; cuando solía haber agua por fin podían bañarse, pero no del todo, porque se formaban colas enormes y tardaban en salir, muchas veces el agua no era caliente, y si se bañaban eran expuestas a que les robaran sus ropas. Los que no se bañaban tenían que de una manera ver la forma de permanecer limpio y en buen estado.
CAPÍTULO VII: UNA PROPOSICIÓN EN AUSHWITZ
Olga en este capítulo narra que ya se encuentra en Aushwitz, donde sus amigas y compañeras peleaban y no precisamente a palabras; ella aburrida de esto se sale del cuarto donde estaban, y al salir se topa con un muchacho alto, de ojos azules, pelón (como todos ahí), con una sonrisa hermosa, fuerte, entre otros adjetivos muy buenos según describe Olga. Ella se extrañó bastante por su sonrisa, así que se dirigió hacia él y le pregunto su nombre, este se llamaba Tadek y era Polaco, llevaba ya cuatro años en el campo de concentración y llevo a Olga a preparar comida con una fogata en donde este decidió darle un chal para usarlo de cabello, le daba y decía cosas para seducirla y poder llevársela a la cama; ella se negó e indignada se retiró a un ligar donde le dijeron que los hombres daban comida a las mujeres; al llegar un hombre feo por lo que ella describe decide darle su comida así que ella como estaba muy hambrienta acepta y agarra su comida, en eso llega otra mujer y ambas pelean por la comida, el hombre decide defender a Olga, y entonces Olga se da cuenta de la clase de hombre que es Tadek ya que lo vio seduciendo a otra, esta le hizo caso porque tenía que comprarle a él una medicina para la sífilis que padecía.
CAPÍTULO VIII: SOY CONDENADA A MUERTE
Bueno pues este capítulo es muy corto y en verdad no entiendo porque su nombre de "soy condenada a muerte", bueno el caso es que ya pasaron varios días, Olga ha adelgazado mucho y era víctima de conquista y enfermedades; por lo cual evitaba tener ropa puesta, pero claro que esto estaba prohibido, según no entiendo el porqué, si es que ellos las desnudaban; era una regla que debía cumplirse, el permanecer con su ropa con número que ni les quedaba, al no tener puesta esa ropa eran castigadas a latigazos. Día a día Olga oía como morían personas en los hornos, porque estaban muy cerca de ahí, pero sus compañeras seguían sin creer que mataban gente así que un día Olga decidió escaparse, pero estas por la misma razón la delataron, dejando que castigaran a Olga, la cual se sintió decepcionada de sus compañeras y prefirió ya no hablarles y mejor ponerse a ayudar con lo que sabía de enfermería a personas enfermas o a gente con sus trabajos. Definitivamente no sospechaba lo que le esperaba al día siguiente, devolvió esclava de una chica llamada Irka quien ofreció a cambio de limpiar sus zapatos, un par de otros a ella.
CAPÍTULO IX: LA ENFERMERÍA
Pues bueno este capítulo me gusta algo, no mucho pero si, porque por primera vez hicieron algo bueno, crear una enfermería, en la cual eligieron a Olga de principal miembro del personal, así como enfermeras con experiencia que eran internas de ahí, la enfermería estaba dividida en dos: la farmacia y la enfermería. En la enfermería trataban de hacer lo posible por curar a los enfermos que eran bastantes, pero no podían curar a todos, porque no daba tiempo, habrían a las cinco de la mañana y cerraban a las tres de la tarde pero no descansaban porque tenían que hacer quehaceres y de nuevo volver a las ocho de la noche a atender la enfermería; atendían a mil quinientos pacientes al día, no alcanzaba para más, por más que hicieran, pasaban de cinco en cinco. También comentan que tenían que usar el mismo instrumento de trabajo para distintas personas ya que no podían limpiarlo porque no había con que, esto les daba miedo porque mucha gente podía morir por infecciones, y pues así fue.. pff!! Una semana después instalaron un hospital en donde cabían aproximadamente de doscientas a cuatrocientas personas internas; en este lugar pasaba lo mismo de los instrumentos y el lugar pues estaba sucio por la misma razón, Olga harta de esta situación pidió a los alemanes ayuda para resolver su problema pero ellos se negaron, así que decidió hallar un solución ella misma. Su actividad en la enfermería era eficaz, útil y cansada a la vez, aunque seguían usando la misma ropa, querían crecer más la enfermería, el personal, pero de nuevo los alemanes se negaron. Algunas personas morían, por que empeoraban sus enfermedades, contagiaban a algunas gracias a los instrumentos y otras porque las medicinas no alcanzaban y bueno.. Había muchas muertes. Pero lo que me entristeció de este capítulo fue que los alemanes engañaron a todos con esta dichosa enfermería, ya que un día llego la cruz roja a llevarse a los enfermos al hospital (el transportaba de la enfermería al hospital) donde iban a ser operadas las personas graves, pero esto no pasaba así, dentro del auto encimaban a los enfermos uno arriba de otro, haciendo que se contagiaran aún más; y como eran débiles eran llevados a morir.
Algo que era feo ver en la enfermería era cuando había un nacimiento, ya que tanto la madre como el recién nacido, eran llevados a la cámara de gas; estas eran las ordenes de los alemanes, decían que solo se les perdonaba la vida si él bebe nacía mal o se tenía complicaciones en el parto, Olga y el resto delas enfermeras estaban hartas de esta situación así que decidieron fingir que los bebes habían nacido muertos para que de esta manera, las madres fueran llevadas de nuevo a las barracas; pero esto solo convirtió a Olga y las enfermeras en asesinas ya que una vez que nacía un bebe eran metidos en una caja, y esta caja era llevada a la barraca donde se situaban los alemanes, él bebe se daba por muerto. Esto las hacia tener un cargo de conciencia horrible, pero las consolaba saber que el haber hecho eso, hacía que salvaran la vida de las madres, estas eran muy discretas con sus embarazos, por motivo de que llevaban puestos muchos vestidos que permitían ocultarlo. Sin embargo cada día crecía mas el número de embarazos dentro de ese lugar, pero esto también aumentaba la muerte de más bebes.
CAPÍTULO X: UN NUEVO MOTIVO PARA VIVIR
En este capítulo siguen mencionando la enfermería,
diciendo que también había hombres, militares enfermos y ellas sin autorización
de los alemanes tenían que curarlos. Cuentan de un francés apodado
"L" el cual parecía ser amable y encantador, él contaba a las
enfermeras las noticias de lo que pasaba afuera. Pero Olga se encontraba
bastante deprimida como para escuchar estas noticias. Ella estaba triste y
demacrada porque sus hijos y sus padres ya habían muerto; y de su esposo pues
no sabía nada... ¡que feo! Por tal motivo L habló con ella y le dijo que no se
pusiera así que mejor le ayudara a divulgar las noticias a todos los que estaban
dentro del campo de concentración y aparte decirle que era lo que pasaba dentro
del mismo, además de recibir y entregar cartas a los destinatarios
correspondientes. Todo esto con el fin de que al término de la guerra, todo
fuera revelado!! Esto motivó a Olga a seguir viviendo; verán, ella quería morir
porque ya no tenía vivos a sus padres e hijos y no le importaba nada sin ellos,
pero ahora era parte del movimiento de resistencia junto con el francés; juntos
tenían un plan y ahora tenía que ponerse en marcha. Pero ahí no acaba el
capítulo... Olga ahora nos cuenta como están conformados los hornos, esto sin
duda, esto, me dejo impresionada! Había cuatro hornos, en los cuales cabían
tres cadáveres en cada uno; en total eran trescientas sesenta personas las que
mataban en cada operación nazi; salían setecientos veinte cenizas por hora y
haciendo la cuenta bien, eran diecisiete mil doscientas ochenta personas las
que morían cada veinticuatro horas, pero eso no es lo peor, era muchísimo más
gente la que moría ya que había fosas llamadas de la muerte en las cuales se
destruían alrededor de ocho mil cadáveres, lo cual da un total de veinticuatro
mil personas que morían cremadas más aparte las ya mencionadas que morían en
los hornos. Olga también se dio cuenta que en menos de tres meses los alemanes
habían matado a más de un millón de personas habitadas en Auchwitz; de
igual manera tuvo la oportunidad de ver a los trenes que llegaban pidiendo
auxilio y compasión, pero de nuevo estos eran separados y llevados ya sea para
la derecha (detención temporal) o izquierda (crematorios y cámara de gas).Se
pudo dar cuenta de todas las mentiras que hacían los alemanes, jefes de la S.S
entre otros a cargo, esto era brutal pero ¿que se podía esperar de ellos?
Traicionaban a los mismos que elegían de trabajadores, después de tres o cuatro
meses los mataban, y pues ahora Olga tenía otro motivo para vivir, era el rezar
para salir libre y contar lo que había vivido.
CAPÍTULO XI: CANADÁ
En Auchwitz había un edificio llamado "Canadá" dentro de él había ropa y pertenencias de valor que habían sido robadas. Había encargados de cuidar estas cosas los cuales eran dichosos de poder robarlas o negociar con ellos al mercado negro. Los trabajadores de Canadá eran bien atendidos y arropados, hacían trueque de ropa por ropa o comida por favores, etc.. Olga hizo un trueque para conseguir ropa que necesitaba; pero el mercado negro era peligroso ya que si pasabas por ahí te disparaban, lo que tenías que hacer era aventarles lo que ellos querían y ellos te aventaban lo que tú querías recibir. Pero el trueque solo duro seis meses ya que los alemanes se enteraron y pensaban correrlos, estos se informaron de ello y quisieron huir pero al intentarlo, los alemanés exterminaron a todos. Poco después Olga se enteró que ellos también habían sido un trueque; pero es que todo se había vuelto trueque, cambiaban a personas por comida y lo mejor de este capítulo fue lo que hizo un checo al intercambiar un diamante para su novia, a los alemanes, a cambio de que antes de morir pudiera estar con ella.. Esto fue hermoso!! Y estos dos tuvieron el apoyo de Olga y sus amigas, ya que vigilaban de que no entraran alemanes a ver que hacia este par. Pero todo esto valió porque al día siguiente el checo murió y su novia llorando se quedó.
CAPÍTULO XII: EL DEPOSITO DE CADAVERES
Olga aparte de trabajar en la enfermería, también hacia otro trabajo y era el de llevar todos los cadáveres al depósito, este quedaba a media hora de donde estaban y tenían que hacerlo con vigilancia de los alemanes; los amontonaban todos, unos encima de otros y obvio quedaban muy sucias pero no había con que limpiarse o desinfectarse. Pero esto no era lo más feo, lo peor era el camino, ya que mientras iban cargando los cadáveres para llevarlos al depósito, los guardias alemanes iban golpeándolos y se daban cuenta que los muertos, una vez así perdían más de treinta kilos de peso. Pero cambiando el tema, Olga también cuenta que tenía otro trabajo, el cual consistía en llevar bolsas gigantes de basura al Canadá; no exactamente las llevaba hasta allá, sino con personas encargadas de llevarlas ahí. En sus trabajos solían darse cuenta de que más personas ya habían llegado al campo de concentración; Olga trato de ayudarles para que no les pasara lo mismo que a ella persuadiéndolos de todo lo que les esperaría después; pero los recién llegados no hicieron caso por verla tan pandrosa y desarreglada. En ese momento se dio cuenta de otra mentira alemán; a todos los americanos, los llevaban al lugar llamado campo americano, donde supuestamente los trataban con respeto y así, pero no era más que otra mentira porque era el mismo lugar donde mataban a viejos y niños.
CAPÍTULO XIII: EL ANGEL DE LA MUERTE CONTRA EL GRAN SELECCIONADOR
En este capítulo Olga narra acerca de Irma quien era el "ángel rubio de Belsen", el "ángel de la muerte" ella siempre andaba bien vestida y arreglada, tenía veintidós años y pasaba por donde se encontraban las internas; esto para que eligiera a aquellos que ella iba a matar, se guiaba mucho por las personas enfermas y débiles a las cuales una vez que las elegía les daba latigazos y las llevaba a encerrar en lo que eran llevadas a la cámara de gas; en ese encierro no había bebida ni comida ni retretes para baño. Olga decidió ayudarlas así que fue con el doctor Klein y le comento que no estaban enfermas, al principio este se negaba a ayudarla pero cedió a hacerlo gracias a que Olga menciono a su familia, diciendo que si el tuviera familia quisiera tal vez permanecer vivo para estar con ellos/as antes de su muerte. Klein y Olga se dirigieron a donde las internas elegidas estaban y rompieron la puerta, entonces pudieron entrar; había trescientas quince mujeres, de las cuales, algunas ya estaban muertas, otras sentadas con mucha hambre y sed, otras ya eran esqueletos pero seguían vivas, al verlas Klein no supo que hacer, comenzó a gritar hasta que las dejo salir, pero solo pudieron salvar a treinta mujeres, el resto de ellas fueron llevadas a la cámara de gas. Otro día paso que a Olga y a las internas que se situaban con ella, las castigaron poniéndolas de rodillas en plena lluvia, el piso con lodo y con las manos levantadas, era una gran tortura, no podían moverse por miedo a que se les pusiera otro castigo; en ese momento Klein llego, le hablo a Olga y esta se fue hacia él. Al llegar Klein le dio medicinas para la enfermería, ya que esta no contaba con medicamentos; todo parecía marchar bien en esta conversación, hasta que llego Irma y muy enojada empezó a pelear con Klein porque había llamado a Olga en el momento de la formación y más aún, en un castigo. Pero a Klein no le importo, él era el jefe alemán de los doctores, podía hacer lo que quisiera, así que se llevó a Olga a platicar a otro lado. Al terminar la plática Olga quiso esconderse de Irma porque si de algo tenía fama, era de vengativa, y Olga temía que quisiera vengarse por lo que le hicieron pasar ella y Klein; pero cuando se encontró con ella, Irma comenzó a hacerle preguntas y una vez que fueron respondidas, empezó a pegarle puñetazos con látigos y así, hasta dejar a la pobre Olga tirada en plena lluvia, encima del barro. Al día siguiente volvió a llegar Irma para su siguiente selecciona miento, pero a Olga se le hizo muy raro que ella no estuviera en ellos.
CAPÍTULO XIV: ORGANIZACIÓN
Aquel día un viejo gritaba que tenían que sobrevivir a ese lugar, para hacerlo había que organizar, ósea robar; robar alimento, pero hacerlo sin ser vistas por los alemanes, de esta forma seria mas bien como una ayuda, al robar ropa para no ser enviada a Alemania y que entonces se quedaría con las internas. Pero la organización causaba mucho pleito entre las mujeres internas en el campo, ya que se daban cuenta y gritaban que era un robo, otras respondían que no era más que organización; y así comenzaban las peleas y más organización, las más sencillas y mal vestidas eran expertas en esto de organizar. Una consecuencia que paso ante la organización fue que uno de los hombres internos ahí llamado L. robo muchas cucharas y estas se las dio a las que atendían la enfermería, entre ellas Olga, la cual se sintió feliz cuando la recibió, debido a que por años había comido sin una, pero tiempo después desapareció la mujer que había entregado estas cucharas, ella era la esposa de uno de los hombres más ricos de Hungría; estaba acostumbrada a comer bien y como se debe. Olga en este capítulo también nos cuenta de que una interna llamada Malika, una policía, hacia trueque de lana a cambio de pan, a Olga le interesaba mucho pero no pudo hacer nada porque no tenía pan. Pasaron días y Olga y su amiga pasaron por un lugar donde una criada preparaba algo de comer, esto se veía y olía delicioso; se fueron acercando hasta llegar con esta mujer, la cual ofreció un traro con ellas: si le daban medicina para curarse del oído ella les daba de esa comida, ellas pensaron mucho en su decisión ya que no había caso medicina en la enfermería y cuando había se daba en casos más graves, pero pues tanto era su hambre que accedieron a cumplir el trato.
CAPÍTULO XV: NACIMIENTOS MALDITOS
CAPÍTULO XVI: ALGUNOS DETALLES DE LA VIDA DETRÁS DE LA VIDA DE LAS ALAMBRADAS
En este capítulo Olga nos cuenta lo sucedido en el año mil novecientos cuarenta y cuatro; narra que los vigilantes alemanes se han reducido, lo cual dio a hombres y mujeres más libertad; aquellos que eran parejas se podían ver, mientras que los alemanes no los vieran, pero ellos ya tenían un plan, el cual era dejar que mucha gente se reuniera al verse para que así, pudieran disparar y murieran todos, de esta forma el disparo no sería en balde. Mientras que en la enfermería seguían llegando muchísimas personas por día un caso horrible el de una muchacha proveniente de Hungría llego con ambos ojos sangrando, tuvieron que operarla y aunque pensaban que no se curaría tuvieron que decirle que si lo estaría pero dentro de cuatro meses; mientras se llegaban los cuatro meses, Olga narra sobre los tatuajes que se realizaban en el campo de concentración; era increíble que tatuaran de distinto color, marca o categoría a cada persona, por decir, si eran rusos se les tatuaba la R, si eran polacos, la P, y así dependiendo su nacionalidad, también se les tatuaba su muerte pero esta la abreviaban; el tatuaje que les hacían en algunas personas provocaba la muerte, ya que se les inflamaba el brazo o lugar donde hacían el tatuaje, y pues morían Si esto pasaba, el lugar de esta persona se le asignaba a otra persona, Olga era la numero veinticinco mil cuatrocientos tres. Los primeros en morir eran los judíos por tal motivo había mas cristianos en el campo de concentración estos se distribuían entre prostitutas, homosexuales, entre otros; a los cuales también tatuaban pero con una gran diferencia de los demás En el mismo año de mil novecientos cuarenta y cuatro, también llegaron muchos sacerdotes, los alemanes quisieron aprovecharse de ellos, robándoles sus crucifijos, y otras cosas religiosas, dándoles a ellos solo andrajos; también los engañaron de una manera vil y sucia, ya que dieron ordenes de que cada que los sacerdotes se acercaran a los baños estos fueron asesinados. Ese mismo día Olga se hizo amiga de una monja que llego junto con los sacerdotes, esta hubiera preferido mil veces más la cárcel que el estar ahí. Los alemanes agarraron hábitos de las monjas, haciéndolos pasar a las mujeres internas, pero es que las monjas sufrían mucho, las golpeaban y quitaban sus objetos, los rompían y aun así las monjas sonreían porque tenían fe en que Dios las ayudara; esta monja junto con otras más fueron trasladadas a otro campo, al día siguiente. El campo D era solamente de puros hombres, al igual que había una barraca de niños hombres; de los cuales morían aproximadamente doscientos por tarde, y de esos doscientos sobrevivían solo seis; varios niños tenían que madurar muy rápido y si lo hacían ya pensaban como adultos y tomaban todo con calma.
CAPÍTULO XVII: LOS MÉTODOS Y SU INSENSATES
Aquí cuentan de dos tipos de campos, uno era el de Aushwitz que era de trabajo, y el de Birkenau era de exterminación, en los de trabajo se les asignaba varios trabajos, como transportar comida, cargar alimentos hasta el hospital, trasladar piedras de un lugar a otro, otras veces eran ladrillos en vez de piedra, pero todos estos trabajos cansaban mucho para quienes los hacían; también tenían que atender al cieno, quien nunca salía de su terreno pantanoso, él era un poderoso y ladino, cada que llovía todo se llenaba de lodo y esto hacia que se les hincharan los pies por tanto caminar en este piso con lodo. Aquellos que trabajan fuera del campo, lo hacían desde la mañana y había veces en que no comían nada en todo el día, lo cual causaba desmayos o enfermedades; cuando esto pasaba eran llevadas a la enfermería, pero no se les aceptaba a menos que fuera algo realmente grave, además la enfermería no era más que un camino derechito al crematorio; todos los trabajadores, tanto de afuera como de adentro eran vigilados por los alemanes a cada segundo; en caso de que alguien se retirara de su labor, para ir al baño o por cualquier razón se detuviera, era castigado sin piedad a latigazos o a las torturas que ahí tenían, había quienes se desmayaban por tanto golpe que recibían y las demás trabajadoras tenían que cargar con ella hasta el campo de concentración, estos campos eran algunas veces desinfectados y limpiados por los alemanes, pero era plan con maña, porque el líquido que echaban hacia que las barracas se desintegraran, y las personas pertenecientes en este lugar iban a otras barracas, corriendo el riesgo y si pasaba que robaban sus pertenencias que con gran esfuerzo y labor habían ganado. Había ocasiones en que de nuevo hacían filas para raparlas, formarlas y de nuevo llevarlas desnudas a bañar y desinfectar. Los cadáveres eran puestos detrás de las barracas y se los llevaban las ratas, estas ya estaban muy gordas por tanta carne que comían. Olga narra que ella fue trasladada a tres campos distintos, sus trabajos aumentaban y cambiaban más, al igual que las demás internas; todo seguía igual, cada día morían más y más personas, y cada mes llegaban más personas en trenes y así, para principios de diciembre quedaron solamente dos campos de mujeres, y esas mujeres eran distribuidas, unas eran llevadas al campo E en el cual eran llevadas al despioja miento varias veces, y pasaba lo mismo que en otros campos, sufrían mucho de maltratos y castigos, trabajaban demasiado y morían muchísimas personas. En cuanto a los niños se morían de sed y cada vez estaban más delgados, había unos que no podían ni siquiera pedir agua porque estaban devastados, cuando una monja se enteró de esto pidió agua a los alemanes recibiendo solo morbosidades; esto enfureció a Olga y mejor decidió irse, en su camino de nuevo se topó con otro tren que acababa de llegar y no pudo evitar ver cómo les pegaban a varios ancianos y jóvenes...
CAPÍTULO XVIII: NUESTRAS VIDAS PRIVADAS
Aquí como su título lo dice, habla sobre lo que es su privacidad, Olga compartía su habitación con cinco personas, una era la doctora "G", había sido medica en Transilvania, y vivía en su mundo de fantasía inventando cosas que solo ella creía que pasarían su segunda compañera era una rubio yugoeslava, ella decía ser enfermera pero solo había cursado un año de esta carrera, en sus ratos libres leía sobre medicina, pero al trabajar en la enfermería le daba miedo vendar u operar, siendo ella la enfermera jefa del hospital; la tercer compañera de Olga, era la doctora Rosa, era pediatra checa, ella si era una médica de verdad, tenía cincuenta y cinco años aproximadamente, era de baja estatura y demasiado fea, siempre hablaba de su pasión que había tenido en su país; la cuarta compañera Olga la nombro "S", era cirujana de primera clase, en un pasado había sido la asistente de su marido, ella tenía todo un mártir del cariño fraternal, por tal motivo vivía para todas las compañeras de esa habitación; la quinta y última compañera de Olga era una dentista, se había casado después de ser detenida, así que a ella con su marido los agarraron juntos, cuenta que paso su noche de bodas en el vagón del tren; tiempo después ya eran siete las que vivían en el dormitorio junto con Olga, la séptima era Magda, esta era muy amiga de Olga, aunque compartía cama con la dentista, mientras que una muchacha llamada Lujza compartía cama con Olga, la cual en este capítulo también narra sobre una muchacha llamada Borka, la cual parece ser desinteresada de veintidós años, ella limpiaba el cuarto por todas; en la habitación se encontraba la doctora "O" esta era todo lo contrario a la doctora "G"; con el tiempo aumentaban más en esa habitación, y llegaron a ser doce mujeres las que ahora dormían ahí, pero era imposible tanta gente dentro porque no había ventilación, y se peleaban por cosas muy insignificantes; unas que porque se pedían cosas de alguna de las compañeras, y Rosa era la única que no perdía nada, ya que no tenía nada; la más vanidosa, la doctora "G" se probaba demasiados vestidos hasta que "L" le creo un ropero, y a Olga le dio un cepillo de dientes, la verdad es que Olga tenia muchísimos pretendientes.CAPÍTULO XIX: LAS BESTIAS DE AUSHWITZ
La primer bestia que mencionan en este capítulo se llama Joseph Kermes, este era de ojos negros, robusto, de carácter fuerte, duro y severo; él era jefe de la mayor parte del campo, y de vez en cuando iba de paso a inspeccionar las habitaciones; esa misma tarde se citó a todos fuera de las barracas y por primera vez los alemanes dejaron que todos se sentaran, en el suelo, pero se sentara, esto era increíble, porque siempre tenían que estar hincadas o paradas, al citarlas, una orquesta comenzó a tocar y empezaron a cuestionarse ¿porque? que propósito tenia, no entendían, de pronto aviones alemanes comenzaron a llegar, entonces entendieron que los grababan para tal vez hacer un reportaje o noticia de lo que se realizaba en el campo de concentración; los alemanes no querían hacer saber que en ese lugar se mataba gente, por tal motivo mostraban a las orquestas y todos sentados, mientras Joseph se paseaba de un lugar a otro para que todos vieran en ese reportaje que él era el jefe. Pasaron meses y se dictó la orden de que el campo uno debía ser liquidado a Alemania, y así fue, solo quedo la enfermería puesta en ese campo junto con los trabajadores de la misma; Olga seguía trabajando en este lugar, pero desde ese día no podía dormir, ni ella ni ninguna de sus compañeras, se quedaban con una vela encendida durante toda la noche; los aviones seguían volando; entonces sucedió algo muy extraño, llego Joseph y sin decir una sola palabra al entrar, se dirigió al centro se abrió de piernas y dio orden enes al teniente, mientras que cientos de ambulancias llegaban a trasladar gente al hospital, mientras esto pasaba, les iban indicando el camino a latigazos y golpes, había quienes trataban de escapar pero a ellas les iba peor. A Olga y al resto de las enfermeras del hospital se les dio la orden de quitarles sus blusas a las mujeres, pero esto solo las convertía en parte del sufrimiento de estas pobres mujeres, les quitaban lo último que tenían. Esto paso con todas las mujeres de las ambulancias, eran demasiadas a decir verdad y cuando estas se fueron Joseph dio la orden de limpiar toda la sangre que había quedado por los latigazos a las personas en el transcurso del camino. Tiempo después el doctor Joseph desapareció ya que decidió irse a la administración central, ahí daba órdenes para matar a militares o convertirlos en esclavos en su lugar llego el doctor llamado Mengerle, este separo el baño el dos uno fue enviado al campo de trabajo y otro al hospital, él era un hombre alto, guapo, hermoso y apuesto pero lo único malo era su actitud de crueldad, y más aún si lo colocaron con Irma "el ángel de la muerte" Mengerle seleccionaba alas prisioneros, llegaba a cualquier hora, mandaba a las presas a desnudarse y seleccionaba quien moriría en la cámara de gas, todo, absolutamente todas las reglas cambiaron desde que llego él; todas sabían que en el fondo, él era un cobarde.
CAPÍTULO XX: LA RESISTENCIA
Aquí hablan sobre lo que es la resistencia, esto
era desviar la mercancía que iba ser llevada del Canadá a Alemania, y se
desviaban para beneficiar a las del cautiverio, también era el retrasar sus
horarios de trabajo o bien, hacerlas lentas. En pocas palabras la palabra resistencia
era un festival de navidad que organizaban las internas de ahí, era pasar
cartas de un lado a otro, reunirse y así, los alemanes entonces golpeaban a
estas porque lo hacían sin permiso de ellos, pero lo más feo fue en Diciembre
de 1944 cuando los alemanes pidieron los hijos de las muchachas rusas, estas
lloraron y rezaban para que sus bebes regresaran a sus brazos mientras que L
creo un radio para que así pudieran oír las noticias de guerra que sucedían
afuera, en cuanto las guerras seguían igual, destruyeron crematorios y del
temor ni se diga, todas y todos estaban angustiados por su vida, no sabían si
al día siguiente vivirían o les tocara morir y obvio que moriría, ya sea por la
cámara de gas, por tanto golpe, quemadas, fusiladas, ahorcadas, incineradas,
pero morirían. Olga seguía repartiendo las cartas que llegaban y como llegaban
muchas se tuvo que poner un collar blanco en el cuello para que así fuera
identificada y no batallara tanto buscando al destinatario aunque aun así tenía
que ir a buscarlos al lavabo, etc.. Una frase que me gustó mucho de este capítulo
fue VIVIMOS PARA RESISTIR Y RESISTIMOS PARA VIVIR, y es muy cierto, eso es lo
que pasaba con Olga y sus compañeras. Un día Olga se encontró con la doctora
Mitrovna, ella era cirujana del hospital, era poderosa y verdaderamente una
gran doctora, se unió a las celebraciones y era la que más bailaba, cantaba y
se divertía mucho ya que antes de ser atrapada en el campo de concentración las
fiestas eran su pasatiempo. Más tarde conoció a más rusas unas distintas a
otras en cuestión de carácter, todas estas se seguían encargando de trasladar a
las enfermas a la barraca quirúrgica. Un día cuando hacían esta labor Olga fue
atrapada por los policías alemanes y la detuvieron por pertenecer al
movimiento de resistencia, tenía que presentarse a la gendarmería de la
barraca, en su camino se topó con mucha gente enferma envuelta en mantas, decidió
envolverse en una y correr, al hacerlo se encontró con un enfermero francés el
cual se trepo a una koia con un paquete escondido y Olga regreso al hospital quirúrgico,
nadie cedió cuenta de esto y siguió como un día normal. Todo, hasta que el 7 de
octubre de 1944 exploto un campo, y un crematorio también, después llegaron
camiones, motocicletas y empezó una guerra a metralletas, hasta que la S.S se
apodero del lugar. Los del grupo de resistencia y los esclavos ya tenían un
plan para deshacer uno de los hornos, se armaron de valor y agarraron
explosivos dirigiéndose a estos pero salió mal y solo se destruyó uno delos
cuatro edificios. Poco después lo volvieron a intentar, esperándose a que los
de la S.S se situaran ahí para explotarlo y pues así fue. El resto de los S.S
pusieron a todos de rodillas castigándolos por lo que habían hecho.
CAPÍTULO XXI: PARIS HA SIDO LIBERADO
Narra el año de 1944 en el día del descanso en los trabajadores; Olga se encontró con un pequeño francés que le dijo que Paris había sido liberado, ella se empezó a reír cuando quería gritar por tanta noticia que recibía; lo que hizo fue pasar de voz en voz que Paris había sido liberado, pero realmente la noticia corrió muy rápido pero en varias versiones y cambiándole cosas a esta noticia o bien inventándole más cosas aun. Después de su liberación empezaron a hacer planes imaginando cosas extraordinarias y cuando veían aviones volando en el cielo, querían que las personas de ese avión bajaran para darle las gracias por ser sus liberadores y más aún porque los que eran de Estados Unidos irían allá a ver familiares, pero lamentablemente esta noticia también corrió veloz y cuando estos partieron presumieron lo que ellos tenían y los otros no; después de partir Olga se enteró que había un norteamericano de nombre Albert, él era abogado justo antes de que Hitler declarara guerra; a este chavo se le iba a enviar a Estados Unidos a través Suiza pero no fue posible porque Albert había escondido a una Judía, por esa razón él fue detenido en Auschtwitz; Olga quería ahora hacerse amiga del pero no lo consiguió. Después de la liberación Olga pudo leer la declaración de Albert a los representantes del ejercito libertador del cual decía que Hitler declaro la guerra con Estados Unidos, mientras que él debía ir dos veces por semana al comisariado y fue hasta después que se le propuso llevarlo a Estados Unidos pero en 1943 la Gestapo lo detuvo por esconder a una Judía, fue deportado entonces al Campo de concentración, llegando el seis de marzo todo muerto de hambre, cuenta lo que paso dentro del campo, su habitación, entre otras cosas, lo más sorprendente que cuenta es que el equipo rojo salvo su vida ya que los de la S.S los golpeaban y estos los salvaron.
CAPÍTULO XXII: EXPERIMENTOS CIENTIFICOS
Como ya lo había dicho, Olga trabaja en los hospitales, en el cual también había doctores alemanes, ellos tenían a muchas personas de esclavos y como eran jefes podían hacer lo que querían, así que decidieron probar experimentos con sus esclavos; pero no solo hacían eso sino que obligaban a más personas a ser esclavos de gente de la S.S. Los experimentos eran disfrutados por los que los realizaban; los esclavos terminaban en el crematorio, había mucho desorden y las personas eran lastimadas igual que los animales, y a esto me refiero con un ejemplo: a que cuando tú le arrancas una pata a una mosca, esto es igual a que un humano perdería la pierna o cosas así. De cada experimento había conclusiones, un ejemplo es que un día pusieron a una persona en agua helada, llegaron entonces a la conclusión de que un ser humano puede seguir vivo después de haber estado en agua helada. Y es que realmente sus experimentos eran tontos porque eran probados con personas inocentes, y esto era fatal para ellos porque muchos no resistían y morían, otros tenían que morir para salvar la vida de otros ya bastante lastimados por los experimentos de los alemanes; agarraron a hombres prestigiosos y mujeres hermosas para practicarles el dichoso experimento de la inseminación artificial lo cual no causo resultados, lo probaron con otras personas inyectándoles hormonas sexuales y así seguían hasta llegar a aplicarles rayos con los cuales se dañaban mucho porque algunos salían quemados. Fue en Agosto de 1944 cuando los alemanes volvieron estéril a chavos de trece a dieciséis años obligan dolos a masturbarse y provocándoles erección mediante masajes, sino era así era con un metal que producía mucho dolor; lo que los alemanes lograban ver con este dichosos experimento era la diferencia entre los espermatozoides vivos y los muertos los cuales eran vistos desde un laboratorio que habían creado. La verdad estos experimentos eran brutales porque no solo era con mujeres y hombres sino también con chavos y adolescentes.
CAPÍTULO XXIII: AMOR A LA SOMBRA DEL CREMATORIO
En este capítulo más que nada, habla de los romances y relaciones dentro del campo de concentración; estas quedaban prohibidas en este lugar, incluso había un polvo que los alemanes ponían en la comida para que ese apetito sexual se les quitara; esto en cuanto a las mujeres, a los hombres los mandaban a burdeles donde les prestaban mujeres alemanas para complacer sus deseos. Pero estas no eran las únicas que lo hacían; cuando hombres y mujeres se reunían en los lavabos, llegaban mujeres y cantaban para llamar la atención, otras tenían que estar circulo, y lo peor es que lo único que recibían era comida, y eso solo algunas; pero esto era bueno porque en ese lugar dar comida era una bendición, ya imaginaran porque. Había algunos romances que si eran hermosos porque eran parejas que en verdad se enamoraban, sim embargo como esto estaba prohibido tenían que separarse; las mujeres tenían que repartirse no solo con un hombre sino con mas, puesto que había muy pocos hombres; algo que me pareció vil fue el juzgar o más bien calificar a las mujeres de acuerdo por su cuerpo, las que tenían el mejor cuerpo, eran consideradas las más hermosas ya que a los hombres no les gustaban las huesudas pero como no estarlo si casi no comían; por esa razón las que todavía conservaban carnes eran las más envidiadas y amadas. También hacían una separación de tres grupos: el primero consistía de puras lesbianas por instinto, que era el menos interesante; las más locas y aventadas formaban el grupo dos y el tercer y último grupo era de las que se enteraban apenas que eran lesbianas por una asociación. En los bailes realizados en el campo de concentración era muy usual que pasaran las relaciones sexuales entre los internos ahí.
CAPÍTULO XXIV: EN EL CARRO DE LA MUERTE
En este capítulo vuelve a entrar Miklos, ya que Olga menciona que sigue buscándolo, hasta que después de seis meses lo encuentra trabajando en el Campo de Buna, en el puesto de cirujano; ella quería verlo así que tuvo que hacerse pasar por loca para lograrlo. Verán, resulta que había camiones que transportaban a los locos a ese campo, por tal motivo Olga hizo eso. Cuando llego por fin pudo volver a ver a Miklos ♥ no pudieron saludarse porque como ya mencione anteriormente, los romances estaban prohibidos; pero al parecer ya había envejecido y estaba muy delgado; fue muy corto el tiempo que se vieron porque tuvieron que trasladar a enfermos a los dichosos experimentos, pero en la comida se volvieron a encontrar; había bastante silencio, no tenían nada que decirse.... pero ¿De qué hablarían? si lo único que llevaban en sus mentes los últimos años era tristeza. Cuando por fin se decidieron hablar fue Miklos el que comenzó, narrándole lo que había sido de el en ese tiempo, también se despidió diciéndole que fuera fuerte!! Hasta el día final; poco después Olga se retiró junto con la ambulancia donde no dejaba de mirarlo hasta que partió el camión. Tiempo después Miklos murió balaceado por los de la S.S, cuando intento salvar la vida de un francés.
CAPÍTULO XXV: EN EL UMBRAL DE LO DESCONOCIDO
Cuenta del día diecisiete de Enero cuando llegaron tropas de la S.S al hospital, llevándose todo lo valioso en camiones; mientras mandaban a los internos llevar las fichas de los enfermos a los buros políticos. Fue tan rápido que en menos de una hora todos los documentos se encontraban en esos departamentos donde formaron una inmensa torre de documentos. Cuando llego el guardián de la S.S les prendió fuego y se deshizo de todo. Más tarde la reina del campo ordeno que saldrían a Alemania quedando las enfermas atrás a cargo de los alemanes, esto les preocupaba mucho, lo único que querían era quedar encerradas hasta el final de ese infierno, entonces sucedió que todos empezaron a despedirse porque no sabrían si ese era su ultimo día que lo verían o así... Fue muy triste.
Creían que morirían a mitad de camino, por rusos o por cualquier cosa; las enfermas se volvieron locas pero no podían hacer mucho porque no podían pararse de cama e incluso comenzaban a pelearse para conseguir ropa y calzado. Más tarde pidieron que todos se reunieran en las carreteras del campo donde las tuvieron dos horas parados a mitad de frio para después regresarlas a las barracas; donde más tarde llego el nuevo comandante y llevo a cabo la selección en la cual todo el orden y disciplina se había perdido por completo. Así que se fueron y a lo lejos pudieron ver a los alemanes destruir todos los documentos de culpa hacia ellos, por miedo a los rusos; en ese momento se abrieron las puertas, era la hora de marchar, pensaron entonces en que comerían en el camino así que decidieron correr al almacén por comida, se encontraron con mucho mas de la que imaginaban ya que demolieron la puerta, esto las puso felices que comenzaron a gritar ¡Viva la libertad! Poco después se formaron y se cerraron las puertas del campo de concentración. En el camino Olga recordó todo lo que vivió dentro de ese lugar jurando vengarse por la muerte de sus hijos, padres y esposo.
Los que manejaban a las personas eran de la S.S, las jalaban tan rápido que el viento se combinaba con el aire desgarrando los andrajos de las pasajeras; se oían balazos y detonaciones a lo lejos, los causantes: los rusos; poco a poco se iban alejando más, sudaban tanto que los perros perseguían a esas seis mil mujeres con el fin de atacar e incluso matar; pero en el camino pensaban ¿qué sería de ellos? ¿A dónde irían? o ¿qué les harían? era tan pesado el camino, tantos jalones que unas ya no podían más y se atrasaban o simplemente caían al suelo sin poder dar un paso más; tenían tanto cansancio dentro de ellas... Olga se acercó a una pero no la convenció de seguir su camino, por tanto la dejo, al poco rato, esta murió por los de la S.S y así mataban a todas las que se acercaran a los rusos o subieran a las carretas manejadas por caballos; así que decidió continuar el camino; camino por el cual vivía gente libre en sus casas, Olga estaba decidida a escapar pero era tanto el alboroto que pensó ¿escapar o morir en el intento? así que se fugó con otras dos compañeras: Magda y Lujza, hasta que llegaron a una iglesia en donde las invitaron a pasar; el miedo entro después cuando una camioneta alemana llego a la iglesia, así que se escondieron sobre un balago de paja; entonces los alemanes comenzaron a buscar por todos lados pero se cansaron porque era demasiado grande el lugar, volverían en la tarde; pero esa misma tarde fueron descubiertas por una criada quien llamó a su amo, el decidió que no las delataría a cambio de que se fueran de ahí, pero lo convencieron de los contrario; esa noche la esposa les dio de comer y al siguiente día se marcharían a su nuevo hogar; fue en ese mismo día que la guerra entre rusos y alemanes comenzó!!! Ya en la casa se acomodaron, pasaron ahí unos días en vigilancia alemana. Un día Olga se levantó a preparar galletas, cuando se topó con un alemán y enlazo una conversación; este desde entonces la invitaba a salir y le llevaba chocolates ya que Olga había dado información falsa para no ser descubierta; obviamente fue forzada a salir con él para no ser descubierta o llevada de nuevo a ese lugar horrible; pero afuera, los rusos avanzaban muy rápido y la guerra entre los alemanes y rusos continuaba; al platicar con su pretendiente pudo darse cuenta que Alemania estaba en riesgo, entonces el ejército alemán entro a la casa a comer y beber, llevándose consigo a muchas mujeres, entre ellas: Olga, la cual en compañía de las demás mujeres, estuvieron atadas por tres días a un carro de tiro; había de todo: camiones, metralletas, ametralladoras, cañones, etc. Lo único que querían los alemanes era escapar de esa batalla; después de tres días Olga se lastimo la ansia y algunos dientes, pero por fin pudo zafar sus manos atadas a ese carro, huyo y al momento de huir la persiguió un alemán, este estaba ebrio, Olga se aprovechó de él y le dio un botellazo en la cabeza dejándolo tirado y durmiendo junto a los demás; se ocultó entre casas cuando por fin huyo de ese lugar, se topó con una mujer y esta le guio por un rio que al cruzarlo te daba a un pueblo, ahí estaría a salvo. Olga decidió cruzarlo, y así fue, pronto estaba en esa casa abandonada por sus habitantes. Después llegaron campesinos y así mucho más gente; esto no importa porque al final lo que hubo, fue LIBERTAD.
Creían que morirían a mitad de camino, por rusos o por cualquier cosa; las enfermas se volvieron locas pero no podían hacer mucho porque no podían pararse de cama e incluso comenzaban a pelearse para conseguir ropa y calzado. Más tarde pidieron que todos se reunieran en las carreteras del campo donde las tuvieron dos horas parados a mitad de frio para después regresarlas a las barracas; donde más tarde llego el nuevo comandante y llevo a cabo la selección en la cual todo el orden y disciplina se había perdido por completo. Así que se fueron y a lo lejos pudieron ver a los alemanes destruir todos los documentos de culpa hacia ellos, por miedo a los rusos; en ese momento se abrieron las puertas, era la hora de marchar, pensaron entonces en que comerían en el camino así que decidieron correr al almacén por comida, se encontraron con mucho mas de la que imaginaban ya que demolieron la puerta, esto las puso felices que comenzaron a gritar ¡Viva la libertad! Poco después se formaron y se cerraron las puertas del campo de concentración. En el camino Olga recordó todo lo que vivió dentro de ese lugar jurando vengarse por la muerte de sus hijos, padres y esposo.
CAPÍTULO XXVI: LA LIBERTAD
CAPÍTULO XXVII: TODAVIA TENGO FE
Olga hace un reencuentro a lo sucedido anteriormente, recordando a todas aquellas personas inocentes que murieron en el holocausto de los alemanes y nazis; diciendo que fue un infierno el vivir ahí esos años; esos años donde murieron su esposo, padres e hijos.. Donde perdió todo! donde se volvió asesina de recién nacidos, pero también salvo a mucha gente. Olga no fue entendida por la política, ni por la economía; pero ella quería ahora un país justo y con reglas, sin Hitler e igualdad; recordando a aquellos hombres que a pesar de ser golpeados, pisoteados y humillados, aún tenían dignidad... Olga aprendió mucho de ellos, porque gracias a ellos, pudo darse valor para seguir adelante, para aguantar su vida dentro de ese lugar, para poder librarse de ese lugar; ella ya no quería venganza, solo quería paz. Ellos le dieron fe, para cumplir el sueño que ella quiso una vez que entro ahí: realizar un libro con lo que vivió para que todos supieran lo que sucedió en Aushwitz en mil novecientos cuarenta y cuatro; para dar a conocer esta gran pesadilla sucedida en este año, y que se sepa que aún hay esperanzas de una vida mejor...